Desde la llegada de los españoles al territorio chileno hubo
múltiples uniones con los grupos indígenas locales,
situación que persistió durante toda la época colonial. La
Corona española intentó prohibir que los españoles
tuvieran hijos con los nativos, pero no pudieron evitar esta
situación; por el contrario, muchos españoles reconocieron
a sus hijos y se preocuparon de su bienestar. Los mestizos,
grupo que surgió de la unión de españoles e indígenas,
experimentaron un importante crecimiento demográfico
durante los años de la Conquista y la Colonia, remplazando
a la población aborigen en muchas regiones de América.
La sociedad colonial se consolidó como una sociedad altamente
jerarquizada y con escasa movilidad social ordenada en función del origen
étnico. Mientras más blanca fuera la piel, más alta era la valoración social. En
la cima de la pirámide social se encontraban los españoles y criollos, hijos
de españoles nacidos en América y que a su vez se subdividieron según su
poder político o económico. Los españoles estaban ligados a las tareas de
gobierno, siendo funcionarios reales en la mayoría de los casos. Los criollos
se relacionaban con las tareas productivas, principalmente la hacienda, por
lo que su poder económico fue creciendo con el tiempo, pero no su
influencia política.
Bajo estos grupos, se encontraban los mestizos, quienes fueron el grupo social
mayoritario durante la Colonia y la principal fuerza de trabajo del período,
tanto en haciendas como en los yacimientos mineros, reemplazando a los
indígenas como mano de obra, mientras este último grupo fue descendiendo
radicalmente a lo largo del período. La vida de los mestizos no fue fácil, su
origen bicultural les dificultó su integración social, ya que no pertenecían a
ningún grupo étnico en particular, en un momento en que este tipo de
pertenencia era muy relevante. Finalmente, como base de la estructura social,
estaban los indígenas y los negros traídos como esclavos desde África (que
no fueron muchos, porque eran muy caros de mantener). Así se fue
gestando la sociedad chilena, cuyas mezclas van a determinar nuestra cultura
y el grupo mestizo se constituyó en los cimientos de esta.
La cultura mestiza
En el continente americano no solo se produjo un mestizaje biológico, sino
que también transformaciones en todos los ámbitos del quehacer humano,
naciendo una nueva cultura a partir de la mezcla de elementos de indígenas
y españoles. Aunque estos últimos intentaron someter a los grupos
indígenas que habitaron el país, lo consiguieron
en el aspecto político, pero fueron menos
efectivos en otros ámbitos. En lo religioso
intentaron incorporar al indígena a las creencias
del europeo, pero estos no se sometieron de
manera total. Por otro lado, los españoles
debieron adaptarse a las condiciones que
presentaba América, modificando su propio
sistema cultural. Con el paso del tiempo se
generaron nuevas manifestaciones culturales
que fueron producto de la síntesis de ambas
culturas, una fusión que implicó la imposición de
muchos elementos por parte de los españoles,
pero que mantuvo un sustrato indígena.
Las manifestaciones de esta cultura mestiza
surgieron de manera abierta durante el siglo XVIII con el estilo barroco,
tendencia artística originada en Europa a comienzos del siglo XVII. Esta
corriente se adaptó y se aplicó en América desde una nueva perspectiva, ya
que se combinaron creencias, formas decorativas y símbolos de la cultura
occidental e indígena, creándose obras de gran originalidad. Se destacó la
pintura cuzqueña, producción artística anónima realizada en torno a la
ciudad de Cuzco, desde finales del siglo XVII hasta fines del XVIII.
En el estilo barroco la fidelidad histórica perdía importancia, dando un lugar
predominante al mensaje y valores religiosos que se quería transmitir a través
de efectos de luz (claroscuros) y movimiento, por medio de los cuales se
intentaba despertar la sensibilidad tanto de los fieles como de quienes aún
no lo eran. El arte barroco latinoamericano tuvo como tema central la
evangelización, mediante la cual se predicaba la religión católica. Además,
manifestaba los valores que debían tener los vasallos del rey.
La mujeres cumplieron un rol fundamental en la síntesis cultural producida
entre españoles e indígenas, por dos razones: fueron pocas las mujeres
españolas que vinieron con los conquistadores, lo que propulsó las uniones
entre ambas etnias y dio lugar a un mestizaje biológico; por otro lado, ellas
fueron quienes se dedicaron a las labores domésticas y al cuidado de los
niños, enseñando elementos como el idioma y las costumbres a
generaciones de hispanocriollos y mestizos.
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